jueves, 30 de mayo de 2013

Risoterapia y ejercicio físico ¿algo en común?

LA RISOTERAPIA Esta entrada va dedicada a todas las personas que me habéis preguntado en qué consiste la risoterapia y cómo es una clase de ésta. Ya en la excursión de Benagéver pude dotaros un poco de lo que en estas clases se pretende, pero sin embargo no lo sufiente, mas que nada por el tiempo que disponía para realizar la actividad. La Risoterapia en pocas palabras es la terapia destinada a mejorar el ESTADO FÍSICO Y PSICOLÓGICO A TRAVÉS DE LA RISA. Pretende que las personas que acuden adopten una APTITUD MENTAL POSITIVA, y comprendan que las cosas a veces no son como uno quiere, y a continuar siempre aprendiendo de los errores, entre otras cosas. Cada vez veo por la calle menos gente que sonríe, parece como si le costara dinero soltar una sonrisa. Sin embargo carcajadas si veo…veo como hay personas que tienen una risa “ mala” por decirlo de alguna manera, una risa que es dañina, porque utiliza a otras personas para enfocar su risa. Con la risoterapia se pretende cultivar la sonrisa, cultivar la risa espontánea, la risa buena, la risa que te acerca a las personas y no la que te separa. Algunos de los beneficios que otorgan estas clases en cuanto a la SALUD FÍSICA Y MENTAL SON: - Al reírnos movemos más de 300 músculos, algunos de ellos solo se mueven con la carcajada. - Cuando una persona ríe con ganas el cerebro libera endorfinas ( neurotransmisores que tienen un efecto de tipo opiáceo con efectos calmantes y analgésicos). Endorfina también liberamos con la práctica de ejercicio físico. - Favorece la liberación de sustancias bioquímicas como son la dopamina que nos eleva el estado de ánimo, o la adrenalina, que nos permite estar más despiertos y receptivos. - Cuando una persona se ríe frecuentemente aumenta la actividad de su sistema inmunológico, específicamente en la producción de inmunoglobulinas que son las células que matan de manera natural a células del organismo infectadas por algún tipo de virus o células cancerígenas. - Reduce la tensión arterial, el estrés, la ansiedad… Podría seguir indicando muchos más beneficios pero no quiero entretenerme porque hay miles de artículos para los que os querías seguir informando. Muchos de los beneficios saludables para nuestro bienestar físico y mental que tiene la risoterapia son semejantes a los que nos aporta una actividad física. Es por ello que en muchos países ya existen las famosas “ clínicas de la risa” donde las personas con algún tipo de enfermedad o incluso personas sanas acuden allí a modo de “ gimnasio”, dos o tres veces por semana y la mejoría que perciben es bastante grande. En España se está introduciendo poco a poco pero ya hay escuelas de la risa en muchas ciudades. Es muy gratificante trabajar la risa con las personas porque desarrollas su sentido del humor y su creatividad y luego te lo agradecen muchísimo. Pienso que es algo en lo que podemos trabajar, yo ya trabajo dando talleres de risoterapia y tienen mucho éxito, están muy demandados y si os interesa…se pagan bastante bien. Para ser Risoterapeutas hay que sacarse un título (intentad que sea el oficial) porque sino podéis tener problemas en muchas asociaciones o empresas dedicadas a este tema. Yo me lo saqué en Sevilla, concretamente en la Facultad de ciencias de la Educación, y la verdad es que aprendes muchísimo y te habilita para trabajar en todo el territorio nacional. Es muy reconfortante trabajar en este ámbito y como monitores deportivos no vendría mal compaginar sonrisa y actitud mental positiva con deporte, porque considero que el ejercicio físico también requiere un bienestar psicológico para rendir más y mejor. Espero que os haya gustado mi entrada y para terminar os dejo una reflexión de Risto Mejide que hace referencia a lo que os he contado en estas líneas. Un saludo! Por Risto Mejide A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final. A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito. Es inefable. Pásate varios años con demasiadas ilusiones sin cicatrizar, y a todos tus sueños les acabará saliendo una arruga. Y como no los vayas revisando y actualizando de tanto en tanto, algún día te verás explicándoles por qué ya no pueden salir a la calle vestidos de marinerito. Pero hoy no quiero hablar de sueños. Sino de sonrisas. Y hay muchísimas maneras de estirar la boca. Para empezar, uno puede sonreír para sí mismo o puede sonreírle a otro. Se trata de sonrisas completamente distintas, sobre todo porque mientras la primera es por donde se escapan ideas alegres y recuerdos indelebles, la segunda constituye el símbolo universal de la complicidad. En este último caso, muchos aseguran que dedicarle a alguien tus labios puede resultar tan contagioso como un bostezo en el metro. Luego están las sonrisas que enseñan los dientes y las que se hacen las interesantes. Nada que ver las unas con las otras. Creo recordar haber leído que el ser humano, junto a algunos primates, es el único animal del planeta que no enseña los dientes como señal de defensa o agresividad, sino justamente de todo lo contrario. A partir de ahí, todas las demás. Sonrisas de idiota y sonrisas de listillo. Sonrisas falsas, sonrisas malignas, sonrisas tímidas, arrogantes, sonrisas payasas y sonrisas desesperadas. Sonrisas que invitan a un primer paso y sonrisas que declinan toda invitación. Sonrisas verticales, horizontales, de medio lado, de medio pelo y hasta en diagonal. El catálogo de sonrisas humanas se complementa con formas de bocas, accidentes faciales y jardines dentales, hasta crear las infinitas combinaciones que en teoría, y sólo en teoría, deberíamos estar presenciando continuamente. Y es que una variable clave dentro de esta inusual ecuación consiste en el momento en el que decide hacerse presente. Para cualquier otra expresión física, hay que tener muy en cuenta cuándo se manifiesta. Para la sonrisa, no. Da igual la situación en la que te encuentres, una sonrisa bien dibujada siempre te va a ayudar, a ti y seguramente a los demás también. Sí, incluso en un tanatorio, en un accidente y en una ruptura sentimental. Para terminar, matización importante. No confundirse. Sonreír no tiene nada que ver con reír. Simplemente comparten letras. La sonrisa crece. La risa estalla. La sonrisa calla. La risa berrea. La sonrisa escucha. La risa habla. Pero si se puede sonreír incluso mientras se llora. Con eso está todo dicho. De cualquier modo, si hay algo que realmente me fascina del acto de sonreír es lo mucho que se obtiene frente a lo poco que cuesta. Lo poco que abunda frente a lo gratis que es. Lo bien que conozco el teorema. Lo poco que me lo sé.

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